1. Escribe una gran meta.
2. Anota todas las condiciones necesarias y suficientes para lograr la meta como metas pequeñas, es decir, el primer nivel de ramas.
3. Anota las condiciones necesarias y suficientes para lograr cada pequeño objetivo y conviértelas en ramas de segundo nivel.
4. Por analogía, la descomposición del árbol multiramificado objetivo no se completará hasta que se dibujen todas las hojas (el objetivo inmediato).
5. Verifique si la descomposición del árbol de múltiples ramas es suficiente, es decir, de forma inversa de las hojas a las ramas y luego al tronco, y verifique constantemente si se logrará el gran objetivo si se logran los pequeños. Si es así, significa que la descomposición se ha completado. Si no es así, significa que las condiciones enumeradas no son suficientes y se seguirán agregando las ramas ignoradas.
6. Evaluar metas. La evaluación de objetivos se puede dividir en evaluación de la racionalidad de los objetivos y evaluación de la viabilidad del plan. El núcleo de estas dos evaluaciones es la evaluación del tamaño del objetivo. Para evaluar si el objetivo es demasiado grande o demasiado pequeño, el requisito previo es que el árbol de múltiples ramas del objetivo se haya descompuesto por completo.
7. Determinar si se ha logrado el objetivo. Si se logran todos los objetivos pequeños pero no los grandes, significa que se ignoraron otras condiciones auxiliares durante la descomposición. Agréguelas inmediatamente hasta que las condiciones sean completamente suficientes.