Implica que el titular registrado manifieste su deseo de no utilizarla. Para que sea válida, debe comunicarse a la SIC (Superintendencia de Industria y Comercio). Sin embargo, la SIC solo aceptará la renuncia si no hay limitaciones legales, como un embargo o garantía. La renuncia produce efectos a partir de su inscripción en el registro de marcas de la SIC.

Se refiere a la extinción automática de sus derechos si no se renueva dentro del período establecido por la ley. Este período es de 10 años a partir de la concesión del registro. Si el titular no renueva en los siguientes seis meses, la marca caduca. En ese caso, el signo distintivo puede ser usado por otros, pero deben evitar aprovecharse indebidamente del esfuerzo del titular anterior y no causar confusión en los consumidores sobre el origen del producto. La caducidad ocurre seis meses después del vencimiento del registro.

De conformidad a lo dispuesto en el artículo 165 de la Decisión 486 de 2000, la cancelación de un registro marcario procede por parte de la oficina competente, cuando sin ningún motivo justificado exista:

El registro de un derecho de un signo puede ser sujeto de anulación por la siguientes cuatro razones: 1) El signo no puede ser considerado distintivo (vicio intrínseco). 2) El signo no cuenta o pierde alguna condición de validez: se vuelve falaz, engañoso y no descriptivo (vicio intrínseco). 3) Atenta contra un derecho anterior-preexistente de un tercero (vicio extrínseco). 4) El registro se obtuvo de mala fe (vicio extrínseco)

La marca - activo de propiedad intelectual de la empresa- es considerada como un bien mueble de la empresa y por ende se mantiene ligada a la existencia comercial de la misma. Por ende, esta podrá ser dada en garantía de una obligación y podrá ser sujeto de embargo y remate por orden judicial.