La comunidad raizal, con su propia historia y cultura, ha luchado por sus derechos desde la Constitución de 1991. Su lengua, el criollo, fusiona africanismos con inglés. Tradicionalmente, han sido agricultores y pescadores, con una dieta basada en frutas silvestres y mariscos. Históricamente independientes, en 1912 Colombia colonizó la región, imponiendo cultura y religión. La Constitución de 1991 reconoció a la población raizal como minoría étnica, proporcionando herramientas para reclamar sus derechos. Aunque se han creado movimientos para defenderlos, la participación política raizal no ha sido garantizada como la de otras etnias.
La Constitución de 1991 también reconoció a San Andrés y Providencia como departamentos colombianos con derechos y normas propias, lo que brindó un marco legal para la protección de la cultura y los derechos de la comunidad raizal. A pesar de estos avances, la participación política de los raizales sigue siendo un desafío, ya que sus voces no siempre son representadas de manera equitativa en el ámbito político. A pesar de ello, la comunidad raizal continúa luchando por la preservación de su identidad, su patrimonio cultural y el reconocimiento de sus derechos en la sociedad colombiana.