Galería de mapas mentales San Juan Crisóstomo
Este es un mapa mental sobre San Juan Crisóstomo,Contenido principal: Aporte Teológico,Obra: Diálogos sobre el Sacerdocio,Contextos conciliares y herejías.,Biografía.
Editado a las 2024-04-23 23:34:45,San Juan Crisóstomo
Biografía
349 - 407
Recibió el bautismo el año 368 a la edad de dieciocho años.
Deseando una vida más perfecta, abandonó la ciudad para ponerse bajo la dirección de un asceta y vivir como solitario, durante dos años, en una gruta con perjuicio de salud.
Ordenado diácono en el 381 por el obispo Melecio.
El 28 de febrero del 386, ordenado presbítero por el obispo Flaviano I, sucesor de Melecio. Para prepararse escribió Sobre el sacerdocio.el 28 de febrero del 386, ordenado presbítero por el obispo Flaviano I, sucesor de Melecio. Para prepararse escribió Sobre el sacerdocio.
La fama de Juan hizo que lo llamaran a Constantinopla para suceder al señorial patriarca Nectario, nombrado por el emperador Arcadio (395-408) y consagrado obispo de Constantinopla el 26 de febrero del 398 por el obispo Teófilo de Alejandría.
Atacó el lujo de la corte, insulto de la miseria del pueblo bajo; procuró la evangelización en los campos, fundación de hospitales.
Fue enviado al destierro, una primera vez, en el 403. Estaba ya en Bitinia cuando un movimiento popular le hizo regresar, ya que sucedió que la emperatriz sufrió un aborto, hecho que fue interpretado como una señal del cielo.
El obispo fue detenido en plena celebración pascual (404), luego enviado al exilio definitivamente a Cúcusa, en la Baja Armenia, y después a la fortaleza de Arabissos, en el extremo oriental del mar Negro.
Contextos conciliares y herejías.
Presencia del arrianismo fuertemente extendido con su negación de la divinidad y eternidad del Hijo, segunda persona de la Santísima Trinidad.
Presencia del macedonismo con su negación de la divinidad del Espíritu Santo, tercera persona de la Santísima Trinidad.
Ratificación de las verdades de fe y del credo niceno (325) en el concilio de Constantinopla (381) en el cual se reafirmaba la Divinidad del Hijo y del Espíritu Santo.
Obra: Diálogos sobre el Sacerdocio
Aportes
Esta obra ha sido elencada, desde el siglo XIX, dentro de la «Trilogía Pastoral» junto a la Fuga de Gregorio Nacianceno y la Regla Pastoral de Gregorio Magno.
Es la primera obra, en este periodo del siglo IV, que desarrolla el tema del ministerio del sacerdocio como tal.
Datación y Lugar
Antioquía / se ubica entre el año 370 – 390, lo más seguro en el 378, periodo en el que muy probablemente escribe la obra, después de su experiencia de la vida eclesiástica en la ciudad como de la vida monástica a las afueras de la ciudad.
Argumento
Un diálogo que se desarrolla entre dos personajes Juan y Basilio. El primero que trata de argumentar de manera taimada sobre la dignidad del sacerdocio para lograr fugarse de modo que Basilio acepte tal responsabilidad y él poder quedar libre del ministerio; tal ardid coloca en riesgo la amistad de los dos amigos. Sobre el final de la obra Juan se defiende de las acusaciones de la gente por su negativa y, en lágrimas, se da la reconciliación entre los dos amigos.
Forma literaria e historicidad
El diálogo nace como un solo diálogo, en el periodo Bizantino, posiblemente, se dará la división en VI libros.
El tema del desarrollo de la obra resalta la imagen retórica de la contra imagen del Juan débil e indigno y del Basilio fuerte y capaz, y su punto común: la confianza en Dios.
Es probable que el diálogo sea de carácter ficticio, dado que presenta formas propias del arte griego, conocidas bien por el Crisóstomo.
La obra desarrolla acertadamente características políticas, filosóficas y religiosas propias de la Iglesia de Antioquia del s. IV.
Lo extraordinario de la obra está en cómo el Crisóstomo logra recrear, a partir de una obra de ficción, crear un marco dramático con arte, que el lector retenga como verdadero lo que allí se narra.
Esta obra no pretende desarrollar de manera exponencial un tratado sobre el ministerio del Sacerdocio.
No es un capítulo biográfico de la vida del Crisóstomo.
Es un diálogo descriptivo, a partir de un posible hecho histórico, presenta la concepción y la vivencia del ministerio sacerdotal en la Iglesia de Antioquia del siglo IV.
Contexto de Antioquía: Iglesia conformada por muchos grupos desde los nicenos acérrimos hasta los Arrianos más radicales. Obispos que cambian de sede según la influencia del gobernante. La Iglesia de carácter más conformista olvidando el periodo de las persecuciones. El fenómeno de la vida monástica como respuesta a la vida eclesial del momento.
La obra del Crisóstomo trata de recuperar la dignidad y la imagen del Sacerdocio perdida por la difícil situación entre el poder del Estado y su injerencia en la vida eclesial.
Juan Crisóstomo ofrece una visión integradora entre la vida monástica, que se retira del mundo, y la vida sacerdotal, inserta en la vida del mundo.
El sacerdote debe guardar la virtud monacal y estos últimos evitar una ascesis tan personal, que raya en lo ridículo y que olvide la realidad de la Iglesia.
Estructura del Diálogo
Prólogo
1ª Defensa de Juan
2ª Defensa de Juan
Intermedios dramáticos
Núcleo del Diálogo
Epílogo
Aporte Teológico
El sacerdote según el «Diálogo sobre el Sacerdote»
En palabras de H. de Lubac «Este himno a la grandeza del sacerdocio cristiano es una llamada a la dignidad de su ejercicio».
La cita presentada en la obra y que desarrolla de manera medular es la carta a los Hebreos 13, 17. Tenida en cuenta por su invitación de carácter moral.
Juan 21, 15. 16.17: «Pedro, ¿me amas?» Con esta expresión Juan desarrolla la dignidad del Sacerdocio y sobre todo como don de Cristo a su Iglesia. Desarrolla el amor que tiene, no tanto Pedro a Jesús, sino Este a su Iglesia.
Jesús que muestra la grandeza y la abundancia de su amor.
El sacerdocio aparece como un don de amor de Cristo para su Iglesia.
El sacerdote es honrado por Jesús mismo para el bien de la Iglesia.
El sacerdote es manifestación el amor de Cristo que en él pastorea su Iglesia y por otro lado es testimonio del amor a Cristo.
El sacerdocio acarrea una gran responsabilidad, pues descuidar la grey conllevaría a la pérdida del alma. Pues el sacerdote no puede vivir para sus propios intereses sino para velar por el bien de las almas a él confiadas. Esta es la inteligencia que debe desarrollar el sacerdote. Haciendo suyas las necesidades de estos.
Actuar de manera contraria es profanar el amor de Dios.
El sacerdote es el mediador entre el cielo y los hombres, con el perdón de los pecados y la Eucaristía.
El sacerdote, ha recibido las gracias para embellecer a la Iglesia.
El sacerdote, no puede ocultar sus debilidades. Por ello Juan Crisóstomo subraya de manera categórica dos virtudes del sacerdote:
Ha de ser buen administrador de los bienes a él confiados para el bien de los pobres y el sacerdote no le basta el testimonio de las buenas obras o el buen ejemplo, sino que ha de resplandecer por el testimonio de la predicación o por la enseñanza por medio de la palabra; obviando la vanagloria y la ambición del poder, la superficialidad, la falta de libertad, la irascibilidad y la predicación por mera complacencia.
“Diálogos sobre el Sacerdocio” San Juan Crisóstomo Pbro. f. Andrés Orlando Useche González Pbro. Jesús Andrés Sarabia Ortiz Diác. Jesús David Blanco Sánchez Patrología II Unicervantes Pbro. Gabriel Alberto Jaramillo Vargas
Tema Flotante